Domingo XII. Tiempo ordinario

NO TENGÁIS MIEDO

Dios llama y envía personas para realizar su Plan de Salvación. Las lecturas de hoy hablan de las dificultades que los discípulos van a encontrar para ser fieles a esa llamada, mas aseguran también que el amor de Dios no nos abandona.

La 1ª Lectura Presenta el drama vivido por el profeta JEREMÍAS. Por ser fiel a su misión, experimenta persecución, soledad y abandono. Sin embargo, no deja de confiar en Dios. (Jr 20,10-13). Tuve miedo y resistí:
“Mira, Señor, yo no sé hablar, soy todavía un niño».
– Y el Señor no desiste: “A donde yo te envíe, irás; y lo que yo te mande, hablarás: no tengas MIEDO, pues yo estaré contigo para ayudarte».
Acogiendo el mandato, Jeremías va a Jerusalén y ante el templo pronuncia un discurso violento: acusa a las autoridades, y predice la destrucción del templo de Jerusalén.
La reacción fue inmediata:  fue arrestado incomunicado en una cruel prisión… Considerado un «Profeta de desgracias», se sintió rechazado por el pueblo y abandonado por su propia familia…
Las Lamentaciones de Jeremías son verdaderos arrebatos del profeta en su amargura. Mas no deja de confiar en Dios y exclama: «Tú Señor estás conmigo»… Él sabe que Dios nunca abandona a aquellos que buscan testimoniar en el mundo sus propuestas, con valentía y verdad.

En la 2ª Lectura, Pablo afirma que para la salvación lo esencial no es cumplir la Ley de Moisés, sino acoger el ofrecimiento de Salvación que Dios hace a todos por Jesús. (Rom 5,12-15).

El Evangelio Continúa el “Discurso Apostólico». (Mt 10,26-33). Son recomendaciones al enviar a los apóstoles en Misión. El tema central es la afirmación «no tengáis miedo», repetido tres veces.  Y señala tres tipos de miedo, que podrán encontrar:
1.- Miedo del fracaso: Jesús asegura: A pesar de las provocaciones y dificultades, su mensaje se difundirá y transformará el mundo…
2.- Miedo de la muerte: Jesús afirma que la muerte física no es lo decisivo, sino perder la vida definitiva.
3.- Miedo por la supervivencia: Jesús invita a los discípulos a tener confianza en la Providencia.

Dos imágenes ilustran la solicitud de Dios: Los pájaros de que Dios cuida y los cabellos que Dios cuenta… Si Dios cuida los pájaros… tanto más de los discípulos de su Hijo…
El Miedo todavía nos acompaña:

  • Por Miedo, la persona se cierra dentro de su pequeño mundo, se aísla de la sociedad.
  • Por Miedo, levanta muros protectores cada vez más altos, se crean condominios más cerrados y seguros, como si eso resolviese el problema del miedo.
  • Miedo de la enfermedad… del desempleo… El MIEDO es también gran impedimento para el anuncio del Evangelio y a la profesión de fe.
  • Por Miedo de ser criticados, muchos dejan de anunciar las maravillas del Reino.
  • Por Miedo o vergüenza, muchos se inhiben ante los criterios en boga sobre el amor y la familia, sexo y matrimonio, matrimonio y divorcio, vida y aborto, educación y libertad, dinero y derechos humanos. Y cuando los principios de la moral cristiana son tachados de anticuados, quedan asustados, confusos, desorientados…
  • Y por miedo se callan y ceden al viejo respeto humano…

Y el Evangelio termina con:
1.- Una promesa: “Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo.”
2.- Y una advertencia: “Si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo”. La Palabra de Dios de hoy nos invita a no tener miedo. Nos estimula a tener la valentía de nuestras ideas, la intrepidez de la fe, el valor del anuncio cristiano, del testimonio… el coraje de la verdad.
Él nos asegura: «No tengáis miedo, Yo he vencido al mundo». Y con Él también nosotros venceremos…

En este mundo vosotros tendréis aflicciones; con todo, ¡tened ánimo! Yo he vencido al mundo.

solemnidad de Corpus Christi

La solemnidad de Corpus Christi, queremos recordar que los actos redentores de Cristo, que culminan en su muerte y resurrección, se actualizan en la Eucaristía, celebrada por el Pueblo de Dios y presidida por el ministro ordenado.
Por eso, redescubrir la Eucaristía en su plenitud es redescubrir a CRISTO. Hoy queremos agradecer este gran don, que Cristo nos dio. Alrededor del altar se construye la comunidad cristiana y la vida comunitaria.  
La Eucaristía es la síntesis espiritual de la Iglesia, la plenitud de comunión del hombre con Dios, fuente de los valores eternos y experiencia profunda de lo divino.
Participar de la eucaristía dominical es señal inequívoca de identidad cristiana y de pertenencia a la Iglesia.
Por eso, la Misa es el momento privilegiado que posibilita el encuentro con Dios a niveles de fe y de compromiso humano.

Las lecturas reflejan el sentido de la Eucaristía.

En la 1ª Lectura, Moisés explica el sentido del MANÁ enviado por Dios para alimentar al Pueblo en el camino del desierto. “El Señor te alimentó con el Maná, para enseñarte que no solo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios».  (Dt 8,2-23.14b-16a).
El maná es memorial de la acción de Dios en el pasado y anuncio profético de un nuevo Pan, que Jesús prometió a los hombres: su Palabra y su Cuerpo. 
El amor de Dios manifestado en el pasado, es garantía para el presente y el futuro

En la 2ª Lectura, el apóstol afirma que formamos en Cristo UN SOLO CUERPO.

La Eucaristía no celebra solo nuestra unión con Dios y nuestra identificación con Cristo; celebra también la unión con los hermanos: “El pan es uno solo, así nosotros, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo». (1Cor 10, 16-17).

El Evangelio presenta el final del Discurso del PAN DE LA VIDA. “Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que come de este pan vivirá para siempre». (Jn 6,51-58).
Jesús hace un gran milagro: multiplicó los panes y los peces, para alimentar una multitud de personas. Jesús quería introducir un gran mensaje: “Él dará otro pan».
El pan del cielo es la Palabra de Dios, el mensaje del Padre que Jesús vino a traer.
Esta palabra es para los hombres verdadero pan de la vida.
Mas para que esa Palabra se transforme en vida, debe encarnarse en las personas, debe hacerse concreta, visible.
La encarnación perfecta de esta Palabra es Jesús.

  • Cuando nosotros comemos un pan material, es asimilado, se convierte en parte de nosotros mismos, se transforma en nuestra propia carne.
  • Jesús dice que el Pan es Él mismo. Es su persona que debe ser comida, que debe ser asimilada.

Comulgar el Cuerpo de Cristo significa:

ASIMILAR la realidad humana de Cristo e IDENTIFICARSE con Él en el cumplimiento de la voluntad del Padre.
Significa ofrecer nuestra persona, para que Él pueda continuar viviendo, sufriendo, y donándose y resucitando en nosotros.
Para producir resultado, la Eucaristía debe ser recibida con fe, con la disposición de dejarse transformar en la persona de Jesús.

 El sentido de la Fiesta:
La Iglesia reconoce en este signo sacramental al propio Jesús, que continúa presente, vivo y activo en medio de nosotros. «El cual, mientras comía con sus apóstoles en la última cena, y para perpetuar el memorial salvífico de la Cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y culto de la perfecta alabanza…” …Por este venerable misterio alimentas y santificas a tus fieles, a fin de que todos los hombres que conviven en un mismo mundo, sean iluminados por una misma fe y congregados en una misma caridad. Por tanto, nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para que llenos de la suavidad de tu gracia seamos transformados en el hombre celestial..” (Prefacio).

El Jueves Santo la Iglesia celebra la institución de la Eucaristía. Mas en la solemnidad de Corpus Christi están presentes otros factores que justifican su existencia en el calendario litúrgico anual.

  • Es una celebración más festiva y alegre de la Eucaristía.
  • Es una manifestación pública de le fe en la Eucaristía en que está presente el hecho afectivo de la devoción eucarística. Por ello la costumbre de hacer la procesión por las calles.

 El Sentido de la Adoración:

Adorar quiere decir colocarse ante el pan partido, que nos hace presente la vida de Jesús, partido por amor a los hombres y ver cómo, dónde, cuándo podemos realizar alguna cosa semejante. Solo cuando nos mantenemos en esta disposición de dejarnos transformar en la persona de Jesús, podemos realmente afirmar que toda nuestra vida está iluminada por la Eucaristía.

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI. ciclo a

Domingo, 14 de junio 2020

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a

Moisés habló al pueblo diciendo:
«Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para probarte y conocer lo que hay en tu corazón: si observas sus preceptos o no.
Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para hacerte reconocer que no solo de pan vive el hombre, sino que vive de todo cuanto sale de la boca de Dios.
No olvides al Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres».

Palabra de Dios

Salmo responsorial

Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20

R/: Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17

Hermanos:
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo?
Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan.

Palabra de Dios

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Palabra del Señor

Fiesta de la Santísima Trinidad. Ciclo A

Celebramos hoy la fiesta de la Santísima Trinidad. Esta fiesta no es una invitación a descifrar el «Misterio», que se esconde tras la afirmación de “un Dios en tres personas», sino una oportunidad para contemplar a nuestro Dios, y purificar nuestro corazón de las falsas ideas sobre Dios.
El Dios cristiano no es solitario, es amor, familia, comunidad y creó los hombres para hacerlos comulgar en ese misterio de amor. No es fácil hablar de Dios… por su grandeza, por nuestra pequeñez y por las ideas que nos enseñaron en la infancia, de que ese «Misterio» es una cosa difícil que no podemos entender.
Este Misterio es tan sublime que nunca podremos comprender en su plenitud, mas podemos y debemos crecer en su conocimiento… La Biblia es una continua y progresiva revelación de Dios. Y este Misterio solo fue revelado por el proprio Cristo.

Las lecturas de hoy profundizan el tema:

En la 1ª Lectura, Dios se revela a Moisés como el Dios del amor y de la misericordia, el Dios próximo que viene al encuentro del hombre. (Ex 34,4b-6;8-9).
Moisés intercede por el pueblo, que se había apartado de Dios y de la Alianza. «Perdona nuestros pecados… Camina con nosotros…» Y Dios renueva la Alianza con Israel. Dios es fiel, a pesar de la infidelidad de Israel. El Antiguo Testamento no tenía conocimiento del Misterio de la Trinidad.
Lo más importante en esa etapa de la revelación era la UNICIDAD y ESPIRITUALIDAD de Dios, así como sus atributos de OMNIPOTENCIA y MISERICORDIA, como nos muestra el texto de hoy.  

La 2ª Lectura muestra que Dios es un Dios próximo, permanece siempre «con-nosotros” y es para con nosotros gracia, paz y comunión.
Pablo saluda a los primeros cristianos con una fórmula trinitaria, que repetimos aún hoy en el inicio de las Misas: “La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros».  (2Cor 13,11-13).
Ese saludo atribuye a cada persona de la Trinidad un don o una función, aunque toda acción salvadora sea común en la Santísima Trinidad:

  • El PADRE es aquel que tomó la iniciativa de salvar a los hombres, destinándolos a una felicidad eterna, en su familia;
  • El HIJO es aquel que realizó esa obra de salvación, con su venida al mundo y su fidelidad hasta la muerte;
  • El ESPÍRITU, el Amor que une al Padre con el Hijo, es aquel que fue infundido en el corazón de todos los cristianos en el Bautismo.

El Evangelio muestra a un Dios que salva. (Jn 3,16-18). Dios se reveló al mundo por medio de su Hijo. Cristo es el lugar de encuentro de Dios con el hombre y del hombre con Dios. Quien cree en el Hijo se salva.

  • «EL QUE NO CREE, YA ESTÁ CONDENADO». Según Juan, el juicio se hace AHORA por el proprio hombre, cuando acoge o rechaza la propuesta de salvación que Dios le hace.
  • ¿Por qué ha revelado Dios este Misterio?
    • No ha sido para crearnos un problema de comprensión. Porque nos ama, Él nos revela los secretos de la vida divina y nos introduce en su familia.
    • En nosotros está el PADRE, que nos ha llamado de la nada, nos ha dado el soplo de la vida, nos ha dado un nombre, nos ha confiado una misión.
    • En nosotros está el HIJO, que entregó su vida por nosotros.
    • En nosotros está el ESPÍRITU SANTO que nos ilumina y fortalece en los caminos de Dios. Y toda esta maravilla vino hasta nosotros por el BAUTISMO.

Es una dignidad, que debe provocar en nosotros tres actitudes:

  1. ADORACIÓN: ¿Cómo no dar gloria, bendecir y agradecer al huésped divino, que hace de nuestra alma un verdadero Santuario?
  2. AMOR: Dios, queda con nosotros como un padre amoroso. ¡Cómo no corresponder?
  3. IMITACIÓN: El Amor nos llevará a la imitación de la Trinidad, dentro de lo posible de nuestra pequeñez…

¿Por qué esta Fiesta?

No es tanto para desarrollar la doctrina de la Trinidad, misterio central de nuestra fe y de nuestra vida cristiana, sino un momento para recordar de dónde venimos y la comunión que debemos restaurar en nosotros, para que seamos realmente su imagen y semejanza. Estamos llamados a ser espejos de la Santísima Trinidad, signos de comunión, de participación y esperanza, en un mundo tan dividido, individualista y desesperanzado.

SANTISIMA TRINIDAD. ciclo a

Domingo, 7 de junio de 2020

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo 34, 4b-6. 8-9

En aquellos días, Moisés madrugó y subió a la montaña del Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra.
El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él proclamando:
«Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad».
Moisés al momento se inclinó y se postró en tierra. Y le dijo:
«Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de dura cerviz; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya».

Palabra de Dios

Salmo responsorial

Salmo Dn 3, 52 – 56

R/: A ti gloria y alabanza por los siglos

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria.
Bendito eres sobre el trono de tu reino.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos.

Bendito eres en la bóveda del cielo.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 11-13

Hermanos, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
Saludaos mutuamente con el beso santo. Os saludan todos los santos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros.

Palabra de Dios

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús sus discípulos:
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Palabra del Señor

IN MEMORIAM DEL P. GREGORIO RIAÑO, cmf

En la mañana del 2 de junio de 2020 hemos tenido una celebración muy  emotiva. Nos convocaba el P. Gregorio Riaño, misionero claretiano, párroco del Inmaculado Corazón de María, de Madrid, de 1992 a 1998, y desde 2011 hasta su muerte, acaecida el pasado 20 de mayo, en una segunda etapa en el santuario-parroquia, fiel colaborador en tantas tareas parroquiales: Eucaristía, sacramento de la reconciliación, Vida Ascendente, animación musical…. Sus restos mortales, sus cenizas permanecerán en este Santuario del Inmaculado Corazón de María.

Desde el agravamiento de su enfermedad, el 15 de mayo, y tras su muerte, hemos orado mucho por él, he­mos celebrado la Eucaristía en acción de gracias por su vida, por su ministerio vivido con sentimientos de entrega y generosidad, y hemos dado gracias al Padre por el don que en la persona de Gregorio nos ha hecho a todos. Hoy, con sentimientos de pesar, pero con sentimientos sobre todo de gozo, de fe y de esperanza, animados por la fuerza el Espíritu de Jesús presente en la Iglesia, hemos ofrecido su vida al Padre y hemos dado gracias porque el Señor le ha puesto en nuestro camino.

Sus humildes restos quedan en la cripta del santuario. Aquí permanecerá su memoria, aunque, como bien sabemos todos, su vida, su memoria, su presencia, sus restos… en la mejores urnas que podrían estar son nuestros corazones. Todos llevamos a Gregorio en nuestros corazones. Él permanece en nosotros, imborrable, en un mar de recuerdos. Los que le hemos conocido conocemos su hondura espiritual y categoría humana, su estima y entrega a las personas que Dios ha puesto en su camino, su gozo vocacional, su profundo amor y gratitud a la Congregación y su sensibilidad y sentido de Iglesia.

Nuestro querido P. Gregorio ha dado el salto hacia el otro lado de la muerte donde confiamos se haya encontrado con el Padre al que tanto amó y al que supo enseñar a amar y descubrir su bondad en el sacramento de la reconciliación.

¡Gracias. P. Gregorio Riaño! El Corazón de María al que tanto cantaste sigue velando por ti. Descansa en la paz del Señor.

 

En memoria de los que nos han dejado. pentecostés

Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros jóvenes tendrán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños. Hch 2,17

Para contemplar:
MEMORIAS – MAROON 5

ESTRIBILLO
Aquí están a los que tenemos
Brindemos, deseando que estés aquí… pero no estás.
Porque brindar con una copa trae las memorias
de todo lo que hemos pasado.
Brindemos por los que están aquí .
Brindemos por los que perdimos en el camino.
porque los brindis traen las memorias
y las memorias traen recuerdos, que te hacen volver.

  1. Hay un momento que recuerdo
    cuando no conocía el dolor
    cuando creía siempre
    y que todo seguiría igual.
    Ahora mi corazón se siente como en diciembre
    cuando alguien dice tu nombre,
    porque ya no consigo llamarte,
    pero sé que algún día lo haré.
    Todos se lastiman a veces,
    todos se hieren algún día
    ¡todo va a estar bien!
  2. Estribillo
  3. Hay un momento que recuerdo
    cuando nunca me sentía tan perdido
    cuando sentía que todo el odio
    era demasiado fuerte para detenerlo.
    Ahora mi corazón se siente como noviembre
    y está iluminando la oscuridad.
    Sí, leí estas historias para tí
    y sabes que nunca me caigo.
    Todos se lastiman a veces.
    Todos se hieren algún día.
    Todo va a estar bien
    Voy a levantar una copa y decir:
  4. Estribillo

pentecostés

Domingo 31 de mayo de 2020

Celebramos hoy la fiesta de PENTECOSTÉS, la fiesta conclusiva del tiempo pascual.
Con el envío del Espíritu Santo sobre los apóstoles, se celebra el inicio de la MISIÓN y el nacimiento de la IGLESIA.
Las lecturas bíblicas nos hablan del hecho:
En la 1ª Lectura, Lucas describe como un hecho solemne, acontecido en JERUSALÉN en la fiesta judía de Pentecostés, cincuenta días después de la Pascua.  (Hch 2,1-11)
El Espíritu presente en el inicio de la vida pública de Jesús, está presente en el inicio de la actividad misionera de la Iglesia.
El Espírito Santo transforma profundamente a los apóstoles y une en una misma comunidad de amor, pueblos de todas las razas y culturas. Innumerables oyentes piden el Bautismo…
«Pentecostés» era una fiesta judía muy antigua, celebrada cincuenta días después de la Pascua.
Inicialmente era una fiesta agrícola, que agradecía la cosecha del trigo y ofrecía las primicias. Después pasó a celebrar la llegada del Pueblo de Israel al Sinaí, donde recibió la Ley de Dios. Se hizo la fiesta de la Ley, de la Alianza.
Lucas quería afirmar que en la fiesta de la entrega de la Ley de Moisés, recibimos la nueva Ley de Cristo: el Espíritu Santo.
Por tanto, presenta los mismos fenómenos del Sinaí:

  • Truenos, viento fuerte, llamas de fuego…
  • Varias lenguas… quiere enseñar que la Iglesia está destinada a todos los pueblos, sin barreras de lengua, raza o nación.
  • Recuerda el episodio de la torre de Babel: Donde nadie se entiende, y se separan unos de los otros…

Aquí el Espíritu inicia un movimiento inverso. Todos hablan una misma lengua que todos comprenden. Forman una única familia, donde todos se entienden y se aman.
No debemos tomar el texto al pie de la letra, sino el mensaje: Presenta la Iglesia como una comunidad de hermanos reunidos por causa de Cristo, animada por el Espíritu del Resucitado, que testimonia en la historia el proyecto libertador de Jesús.

La 2ª lectura, recuerda la acción del Espíritu Santo en la Comunidad.
La Iglesia unida en Cristo, formando un solo cuerpo en la diversidad de dones y ministerios, que se manifiestan para el bien común. (1Cor 12,3b-7.12-13).
En el Evangelio, Juan sitúa la recepción del Espíritu Santo en GALILEA, al anochecer del día de Pascua. (Jn 20,19-23). Jesús resucitado va al encuentro de los apóstoles, ofrece la paz y los llena con los dones del Espíritu Santo.

– El «anochecer», las “puertas cerradas», el «miedo» revelan la situación de una comunidad desorientada e insegura.
– Sin embargo, Jesús aparece “en medio de ellos». Jesús es el centro y la razón de ser de la Comunidad.
– Jesús les desea “la Paz» (‘Shalon’)». Significa serenidad, tranquilidad, confianza, para que los discípulos superen el miedo y la inseguridad.
– En seguida, Jesús “les muestra las manos y el costado».

Son las «señales» de la entrega total y amorosa de Jesús en la cruz. 
– Comunica el Espíritu, con el gesto de soplar sobre los discípulos. Con el «soplo» de Dios en la creación, el hombre de barro adquirió vida. Con este «soplo» de Jesús, nace el Hombre Nuevo.
– Finalmente, Jesús explicita la misión de los discípulos: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo…»
– La reacción de la Comunidad es la alegría, que nadie les puede quitar.
Aunque las perspectivas de Juan y de Lucas sean diferentes, la finalidad es la misma. Ambos muestran que el mismo Espíritu, que acompañó la acción misionera de Jesús, continúa asistiendo la acción misionera de su Iglesia.

 Pentecostés continúa: Ante estos acontecimientos grandiosos, tal vez envidiemos la suerte de los apóstoles y olvidemos que el Pentecostés continúa también hoy…
– En  NUESTRA VIDA hubo un Pentecostés.
Animados por el don de Cristo Resucitado en el BAUTISMO y fortalecidos por el Espíritu Santo recibido en la CONFIRMACIÓN, somos enviados al mundo como mensajeros de la paz y de la reconciliación.
– En la IGLESIA: El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. Hace nacer la Iglesia y siempre la renueva a lo largo de los tiempos, con sus dones y carismas.
– En la MISIÓN: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo…“

El cristiano es un enviado:

  • Para vivir y contagiar la Paz, a veces tan ausente en el mundo…
  • Para experimentar el perdón y la misericordia (actitudes de la iglesia en el mundo) …
  • Para ser constructores de la Comunidad.

EN EL MISMO LENGUAJE: todos se entienden… todos hablan el lenguaje del amor…
«Aquel mismo Espíritu que, desde el comienzo, fue el alma de la Iglesia naciente; el Espíritu que infundió el conocimiento de Dios a todos los pueblos; el Espíritu que congregó en la confesión de una misma fe a los que el pecado había dividido en diversidad de lenguas”. (Prefacio).
Él ilumina nuestros pasos, nuestro actuar y nuestras elecciones.
Él nos da valor y alegría para que seamos verdaderos DISCÍPULOS y MISIONEROS de Cristo.

DOMINGO DE PENTECOSTÉS. ciclo a

Domingo, 31 de mayo de 2020

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.
De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados.
Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos.
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo.
Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa?
Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra

Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor,
la tierra está llena de tus criaturas.

Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu espíritu, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.

Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras;
que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 3b-7. 12-13

Hermanos:
Nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios

Secuencia

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.
Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor

ASCENSIÓN DEL SEÑOR

“ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO”

 

Con la fiesta de la ASCENSIÓN, queremos celebrar:

– El Final de la Misión terrena de Cristo,
– El Inicio de la Misión salvadora de la Iglesia.

Las Lecturas Recuerdan el HECHO, aunque narrados con pormenores diferentes y hasta contradictorios.

En la 1ª Lectura, Lucas, después de una introducción a los Hechos de los Apóstoles, describe la Despedida de Jesús en JERUSALÉN.
Subraya la Venida del Espíritu Santo y el Testimonio que los discípulos deberán dar “hasta los confines de la tierra». (Hch 1,1-11)

En la 2ª lectura, Pablo ve en la Ascensión la glorificación de Cristo y el anuncio del retorno de toda la humanidad a Dios. (Ef 1,17-23)

El Evangelio narra la Aparición Pascual de Jesús en GALILEA. Refiere la Presentación de Jesús: “Se me ha dado pleno PODER”

  • La Misión: «ID y haced discípulos de todos los pueblos;
  • La Promesa: “YO ESTOY CON VOSOTROS todos los días hasta el fin del mundo…» (Mt 28,16-20).

La Iglesia de Cristo es, esencialmente, una Comunidad MISIONERA, cuya misión es testimoniar en el mundo la propuesta de salvación y de liberación que Jesús vino a traer a los hombres y dejó en las manos y en el corazón de los discípulos.

Esta MISIÓN tiene dos características:

  • Es universal: destinada a «todas las naciones».
  • La Iniciación cristiana tiene dos fases: La Enseñanza y el Bautismo. Se comenzaba por la Catequesis: las palabras y los gestos de Jesús. Después venía el Bautismo, que sellaba la vinculación del discípulo con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Jesús promete estar con los discípulos “hasta el fin de los tiempos».

Los detalles de la narración: son más bien simbólicos.

  • Los 40 días expresan el «tiempo de aprendizaje» necesario para que un discípulo aprenda y repita las lecciones del maestro;
  • La elevación al cielo expresa la exaltación total de Jesús;
  • La nube es una señal que esconde y manifiesta la presencia de Dios;
  • Los dos hombres vestidos de blanco: el testimonio viene de Dios;
  • Los discípulos mirando al cielo recuerdan la expectativa de la comunidad que esperaba la segunda venida de Cristo.

 Contradicciones:

  • ¿Cuándo? ¿Pronto o 40 días después?
  • ¿Dónde? ¿En Jerusalén o en Galilea?

Resurrección, Ascensión, Pentecostés: ¿Tres momentos distintos? o momentos catequéticos de un único Misterio de fe: la Pascua del Señor:  

  • En la Resurrección: La Liturgia destaca su VICTORIA sobre la muerte…
  • En la Ascensión: Su EXALTACIÓN como Señor del cielo y de la tierra, y la entrega de su misión a la comunidad eclesial, a través de los apóstoles…
  • En Pentecostés: La Acción del ESPÍRITU SANTO en la Iglesia, que comienza su actividad misionera de nuevo Pueblo de Dios…

La ASCENSIÓN no es una narración histórica, sino una escenificación literaria de la exaltación de Jesús… con muchas semejanzas de la subida de Elías al cielo en el carro de fuego…    

Sentido de la fiesta:

  1. La Ascensión de Cristo refuerza la ESPERANZA de nuestra Ascensión, un futuro inigualable nos aguarda… «No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido precedernos como cabeza nuestra, para que nosotros, miembros de su Cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino”. (Prefacio).
  2. La Ascensión nos recuerda que somos ENVIADOS de Cristo para continuar y completar su obra… No podemos quedar parados, mirando al cielo… Debemos ser discípulos y hacer discípulos para el Reino… Y Cristo nos asegura: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…»
  3. Mas ese trabajo no dependerá solo de nuestras fuerzas… Por eso los envía a Jerusalén «para aguardar el Espíritu Santo, reunidos en oración, con María, madre de Jesús».

Como María y los apóstoles reunidos en el cenáculo, debemos REZAR e invocar al Espíritu Santo. Cristo ya había afirmado: «Sin mi no podéis hacer nada…» Por eso, la iglesia no comienza con la Acción… sino con la Oración, como María, Madre de Jesús (y de la Iglesia)…

Cristo MARCHA, pero PERMANECE en la COMUNIDAD. La Ascensión de Cristo al cielo no es el fin de su presencia entre los hombres, sino el comienzo de una nueva forma de estar en el mundo. Su presencia acompaña con signos a nuestra Misión evangelizadora. Dios está presente y nos envía como sus apóstoles.