DOMINGO 10. TIEMPO ORDIANRIO. CICLO B

¡LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR! – Domingo 10, ciclo B

  • Violar la intimidad
  • ¡Dentro del círculo íntimo!
  • La casa en el cielo

Violar la intimidad

La primera lectura está tomada del capítulo 3 del libro del Génesis. En ella se nos habla de una maldita curiosidad: la serpiente seduce a Eva para que viole la zona de intimidad -reservada sólo para Dios- “el Árbol de la Vida”-. Eva seduce a Adán, soñaban con ser semejantes a Dios. Apenas comieron de la fruta, se les abrieron los ojos y sintieron el vacío de una absoluta desnudez. A partir de entonces no hay Paraíso en la tierra.

Dentro del círculo “íntimo”

El Evangelio de san Marcos nos habla de quienes -ahora sí- habían entrado en la intimidad de Dios, en el círculo de Jesús, porque creyeron en Él. Pero también de quienes habían quedado afuera de ese círculo: eran precisamente sus familiares, porque dudaban de Él: sus familiares pensaban en una especie de locura mística, y los escribas y maestros de Israel en algo mucho peor: en una posesión satánica. Nada extraño que Jesús les dijera que confundían al Espíritu Santo de Dios con el Príncipe de los dominios y que ese pecado no tenía perdón.

Jesús, poseído por el Espíritu Santo, se pregunta: ¿quién es mi madre y mis hermanos? ¿cuál es mi familia? Y mirando a quienes estaban a su alrededor proclama: ¡Los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!

¡La casa en el cielo!

La segunda lectura de 2 Corintios nos promete entrar en la intimidad de Dios. Nos dice que ya “una casa no hecha por mano de hombre, sino eterna, en el cielo. Que estamos llamados a entrar en la intimidad de Dios. Lo que en el comienzo fue prohibido, comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, ser como Dios y entrar en su intimidad, al fin en Jesús nos es prometido como herencia.

Conclusión

El pecado es siempre impaciencia: querer obtener antes de tiempo aquello que nos es prometido. El pecado es desobediencia por quererle imponer a Dios nuestro “ritmo” y no dejarnos guiar por Él. No seamos impacientes como nuestros primeros padres. Esperemos pues lo mejor está por llegar.

José Cristo Rey García Paredes, CMF

 

Marcar el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.